Noche. Noche encantada. Noche dolorosa. Noche insensata, mágica y loca. Y luego más noche. Noche que no parece acabar nunca. Noche que sin embargo, a veces pasa demasiado rápido.
Noche de ventanas entreabiertas para recibir un atisbo de primavera. Noche de colchas que protegen y recuerdos que dejan deudas y un sabor un poco amargo en la boca.
Y ser consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no se ven.
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es como agua entre las manos, ¿verdad?
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